Activistas de la flotilla Sumud reportan abusos en Israel
Unas 450 personas fueron detenidas cuando intentaban llevar ayuda humanitaria a Gaza, y de ese número, 137 ya fueron deportadas. Un periodista italiano, que regresó a Roma, expresó: “Sentí que estaba siendo retenido por una organización terrorista”.
Detenciones y abusos en Israel
Activistas de la Flotilla Global Sumud denunciaron haber sufrido abusos y humillaciones durante su detención en Israel. Hicieron acusaciones de “violencia verbal y psicológica”, algo que el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí desmintió, tachándolo de “mentiras descaradas”. De hecho, los 137 activistas deportados este sábado fueron enviados desde la prisión de Ketziot a Estambul, Turquía, y desde allí a sus países de origen. Un grupo que llegó a Roma se quejó de que las fuerzas israelíes los trataron “como monos”.
La Flotilla y el bloqueo marítimo
La flota, compuesta por 42 barcos y tripulantes de varios países, fue interceptada por las fuerzas israelíes el miércoles 1 de octubre, mientras intentaban romper el bloqueo marítimo que impide el acceso a Gaza. Entre los detenidos había argentinos, lo que hizo aún más resonante el suceso en nuestra región.
Testimonios de sufrimiento
Algunos testimonios son desgarradores. El periodista Saverio Tommasi describió la situación diciendo que “esto se llama tortura, una negación de los derechos humanos, incluso los más básicos”. Relató que medicamentos esenciales fueron confiscados, afectando a personas con enfermedades graves, incluyendo un hombre de 86 años que perdió su inhalador.
Una de las jóvenes activistas, Greta Thunberg, también fue mencionada. Según se informó, ella vivió momentos difíciles, con brazos atados y llevada junto a una bandera israelí, lo que el periodista Tommasi calificó como una burla. Se subrayó que esta burla era parte de un patrón de violencia verbal y psicológica, diseñado para degradar y humillar a los detenidos.
Condiciones en la prisión
Otro periodista italiano, Lorenzo D’Agostino, mencionó que los soldados israelíes los despertaron repetidamente durante las noches que pasaron en prisión. Para asustarlos, usaron perros y armas con punteros láser. “Sentí que estaba siendo retenido por una organización terrorista”, comentó.
Un activista llamado Paolo De Montis relató haber estado hacinado por horas, con las manos atadas, sufriendo un “estrés constante y humillación”. A los detenidos no se les permitía mirar a los soldados a la cara, debían mantener la cabeza baja.
Negaciones israelíes
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel rechazó las acusaciones de maltrato y aseguró que respetan todos los derechos legales de los detenidos. Curiosamente, afirmaron que Greta y otros detenidos se negaron a apresurar su deportación, pidiendo prolongar su estancia bajo custodia.
El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir, fue contundente al decir que “cualquiera que apoye el terrorismo es un terrorista y merece las condiciones de los terroristas”. Las detenciones provocaron la crítica de varios gobiernos, incluidos los de Grecia, Turquía, Colombia y Pakistán.